El molino de van Gogh
Viendo en el Museo Nacional de Bellas Artes en Buenos Aires la obra de van Gogh «El molino de la Galette», pintada en 1887, me di cuenta de que a este le faltaba un aspa. ¿Se olvidó van Gogh de pintarla? Motivado como estoy por la problemática de la ilustración, me interesó encontrar una respuesta: pensé que si a ese molino emplazado en la colina de Montmartre lo hubiese representado un ilustrador, Doré por ejemplo, sus cuatro aspas estarían presentes en el dibujo, ya que en general, el ilustrador ajusta su mirada, su modo expresivo y su cualidad plástica a mostrar «la realidad» como la ve y trata, más allá de la riqueza técnica o las deformaciones expresivas de su representación, de que esta no sea ambigua.
En cambio un pintor puede omitir parte de lo que ve, ya que selecciona, recorta y fragmenta sólo guiado por lo que le dicta su sensibilidad y la lógica interna de su arte, lógica que Vincent expresa con total precisión cuando escribe a su hermano Theo: …[se trata de] «plasmar tales anomalías, tales inexactitudes, tales modificaciones, tales cambios en la realidad, para que salgan, ¡pues claro!, mentiras si se quiere, pero mentiras más verdaderas que la verdad literal».
¿Sería esta la explicación del aspa faltante? Preparé una versión del cuadro a la que agregué el aspa no representada y comparé las dos imágenes.
En la pintura original (A), su estructura pictórica resalta el contundente plano del cielo que ocupa el lado izquierdo de la imagen. En la versión modificada (B), la intrusión del aspa agregada genera nuevas líneas de tensión por donde corre el ojo. Si bien la estructura permanece coherente, se ha perdido síntesis: el plano del cielo no necesita ser interrumpido. Esta comprobación resultó satisfactoria para mi tesis; pero, ¿y si el molino estuviera roto y contara con dos o tres aspas en lugar de cuatro? mi teoría sobre las diferentes actitudes del pintor y el ilustrador se derrumbaría. Tenía que buscar otras pruebas.
Comprobación estática
Si el molino tuviera sólo las dos aspas pintadas en (A), éstas difícilmente podrían estar en esa posición [esquema C], la lógica del molinero y la fuerza de gravedad las hubiesen equilibrado y se mostrarían a 45º, simétricas a derecha e izquierda de la vertical y hacia abajo [esquema D] y la pintura posiblemente se vería así (E).
La duda perdura
Encontre una fotografía del molino tomada en 1890 (contemporánea con la pintura de 1887).
El dibujante catalán Ramón Casas, en su visita a París, enfocó al molino de la Galette desde abajo, mostrando la marquesina de entrada al salón de baile del mismo nombre. Como se ve, el molino lucía sus cuatro aspas. Sin embargo, si hubiese faltado alguna de ellas, esta podría haber sido repuestas. Las cuatro aspas de la foto, ¿eran las aspas que vio Van Gogh?
¡La verdad triunfa! (al menos en esta página)
Encontré y las reproduzco arriba, dos pintura del propio Van Gogh donde muestra el mismo molino y los ha representado con sus cuatro aspas.
Conclusión: Queda razonablemente aclarado que Vincent vio las cuatro aspas y que, en la pintura que podemos ver en el museo, solo pintó las que creyó necesarias para crear esas … «mentiras mas verdadera que la verdad literal».
Demostrado el asunto, puedo dormir tranquilo.
Arriba: El molino de la Galette hoy: una cascara muerta y vacía, rodeada por la edificación que cubrió la colina. Solo sirve para la foto de los turistas y para mostrar sus cuatro aspas de utilería.
por Lolo Amengual